Columna para el boletín Universo Estudiantil
Dr. Rogelio Díaz Ortíz / Lic. Rogelio Cuauhtémoc Díaz Galván
27 de septiembre, 2021
Hace 22 años inicie mi participación en los programas de Ciudades Hermanas al acudir a la Convención Internacional cuya sede fue el Hotel “El Tapatío” en la ciudad de Guadalajara, Jalisco. Llevaba la representación de la ciudad de Morelia y el compromiso de encontrar la utilidad de formar parte de este organismo ciudadano. Fue una experiencia grata y cautivante que me llevó a profundizar en el ¿qué?, ¿por qué? y ¿para qué?, para lo cual me convertí en asiduo asistente y participante en las reuniones nacionales, internacionales y mundiales del programa de Ciudades Hermanas. Lo primero que aprendí es que se trata de una actividad honorifica y ciudadana que trasciende el tiempo y la distancia sin que siglas, colores, gobiernos o partidos políticos le condicionen.
De esta manera identifique coincidencias, voluntad y amigos, que en algunos casos se convirtieron en hermanos, en las ciudades de Kansas City, Missouri; Fullerton, California; Monterey Park, California y una recién creada, en ese momento, hermandad con Yakima, Washington. Tuve la fortuna de acudir a todos estos lugares buscando establecer actividades conjuntas que permitieran aprender de experiencias y logros en materia económica, deportiva, asistencial, académica y de protección civil. En el camino, establecimos el hermanamiento con la ciudad de Norwalk, California; Dolores Hidalgo, Guanajuato; Atlacomulco y Ecatepec, Estado de México, así como Zihuatanejo, Guerrero.
Integré las mesas directivas nacional e internacional de la Asociación haciendo significativa, útil, responsable y trascendente la relación de los “hermanos” de Morelia en el mundo. De manera especial y contando con él apoyo incondicional de la Fundación Génesis tome la responsabilidad de cuidar y mantener el hermanamiento con Yakima agregando en la cotidianidad de la agenda la participación de las Universidades La Salle, Latina de América y Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, al CONALEP Michoacán, el Conservatorio de las Rosas, el Ayuntamiento
de Morelia, el Congreso del Estado de Michoacán, el Consejo de la Ciudad de Morelia, Protección Civil del Municipio de Morelia, la Secretaria de Seguridad Pública y al Gobierno del Estado de Michoacán.
En todo este proceso han participado quienes a lo largo de 21 años han integrado a la mesa directiva del Comité de Ciudades Hermanas Yakima – Morelia, manteniéndose desde su inicio y hasta el momento actual mis hoy “hermanos” Margarita Loera y Noé Gutiérrez quienes jamás han perdido el entusiasmo ni el deseo de mantener unidos a Morelia y a Yakima. Lo anterior, se ha expresado en la donación que el Comité de Yakima ha realizado de camiones y equipo para los bomberos, material ortopédico y sillas de ruedas sin contar la permanente promoción que realizan en los Estados Unidos pensando y hablando bien de Morelia.
Mención especial merece la participación de integrantes de la Nación Yakama, prospera reserva india que ha encontrado similitudes con la Nación Purépecha y aspiran a en algún momento oficializar un hermanamiento entre ellas. Justo, hace unos días recibí la dolorosa noticia del fallecimiento de Mathew Tomaskin, uno de los liderazgos más estimados de la Nación Yakama e integrante distinguido del Comité de Ciudades Hermanas. Este lamentable suceso me ha llevado a escribir estas líneas para recordarle con cariño, respeto y gratitud. Evocar sus cálidas recepciones en el Valle de Yakima y sus visitas a la capital michoacana, siempre atento, sonriente y cordial, espléndido anfitrión y exitoso gestor de acciones de beneficio para su comunidad. Estoy seguro que en el cielo organiza, desde ahora, la recepción para nuestro futuro arribo sin dejar de incluir la música y el baile que tanto amaba. Sirvan estas líneas como un humilde testimonio de amistad para Mathew y como un publico reconocimiento a todos quienes de manera desinteresada suman ilusión, trabajo y recursos para que el programa de ciudades hermanas no muera.
